He tenido muy abandonado el blog... Mariale me lo recordaba ayer. Pensaba que no era un asunto de falta de inspiración, o de que me ocurran cosas que valga la pena postear, o que mi padre haya hecho una de las suyas... es simplemente una cuestión de energía.
No que me falte (ni que me sobre a decir verdad), sino hacia dónde la tengo orientada. El sábado me voy a España, a emprender el que creo es el proyecto más importante de mi vida. Y entre la corredera de CADIVI, organizar cosas, vender otras, reuniones de despedida con amigos, pasar tiempo con mi familia, el blog ha pasado a no estar entre las prioridades, porque la energía está enfocada en eso.
Estos días han estado lleno de emociones diversas, creo que las estoy manejando bien. Mis picos de estrés y de angustia sucedieron hace ya tiempo, donde con la frase "la vida se ve distinta cuando tienes un deadline" me excusaba para andar así. Pero ya no. Las emociones están más digeridas y esos picos no se han presentado más (sólo los picos, las emociones siguen ahí).
Anoche tuve una reunión en mi casa con mis amigos, a modo de despedida. Y hoy estuve en casa de un amigo entrañable, también para despedirme. Todos ellos me han llenado de buenos deseos, abrazos, besos y algunos regalos. Algunos de mis amigos aún no creen que me vaya y otros se burlan de ellos diciendo que están en negación (jajaja, chiste de psicólogos).
Han habido frases que me han tocado por una u otra razón:
- Marico, no te vayas.
- Tú te vas por un corto tiempo... verdad? VERDAD?
- Otto, ahora lo pienso y creo que me hubiese gustado disfrutarte más (a mí me sonó medio fúnebre, pero a la audiencia le sonó a chinazo y empezaron los chistes doble sentido, pero yo sé a qué se refirió mi querida amiga cuando me dijo eso).
- Te llevas mucho amor en esa tablita (me regalaron un Virgen del Valle tallada en madera, bien bonita).
- Me ha costado mucho establecer una relación significativa, con gente como tú, donde llegues a mi casa y nos podamos sentar a ver tele, que mi mamá nos haga 3 arepas, que nos tomemos algo y hablemos guevonadas o simplemente no hablemos... un amigo pues!
Y así muchas otras. Y hasta yo mismo solté una frase que creó cierta nostalgia entre mis amigos:
Señores, apúrense. Mientras más tarden en irse, menos gente irá a su fiesta de despedida...
Pero cuando ví que había sido como muy cruda, la acomodé con "bueno, pero si se van a donde ya hay varios panas (como es mi caso), entonces tendremos bastante gente para hacerles una fiesta de bienvenida". Y las caras se relajaron, algunas sonrieron.
Y este post ha sido largo y como disgregado... así ando. Trataré de escribir de nuevo antes de irme. Un abrazo a todos!
Publicadas por
Otto
a la/s
10:58 p. m.