Un minuto...
martes, agosto 31, 2010
Sucedió hace unos días. Estaba yo sentado, comiendo junto a la señora P (una doña muy amable con la que siempre coincido en el comedor) y entraron dos mujeres hablando. Las llamaré NN y C.
Apenas se abre la puerta oigo:
NN: Pues sí, yo definitivamente estoy en la lista negra. No logro hacer que funcione. Pobre de mí. Nunca puedo hacerlo bien.
C: Bueno mujer, ya saldrá.
NN: No, no... Es que no doy una... Lo que me recuerda -dirigiéndose a la señora P- que tenía que pedirte de nuevo la receta de la fideuá. Es que siempre se me olvida y nunca la puedo hacer. Ayer lo intenté y no pude. ¿Cómo es?
P: Es sumamente fácil... pones aceite, ajo, lo dejas un rato y luego retiras el ajo... hay quien le pone cebollita muy bien picada, luego pones las gambitas y demás animalitos que le quieras poner, luego los fideos y el caldo de pescado. Y ya.
NN: ¿Lleva tomate?
P: Yo no le pongo, pero hay quien sí.
NN: ¿Ves? ya lo iba a hacer mal. Es que siempre meto la pata. Nunca logro recordar la receta y siempre hago un desastre. Bueno, me voy. P, ¿estarás en tu puesto antes de salir?
P: Sí. ¿Por?
NN: Es para pedirte de nuevo la receta que, de aquí a que salgamos, ya se me ha vuelto a olvidar. Nos vemos...
Y allí terminó la conversación. Hoy aprendí que 1 minuto basta para mostrar todo el pesimismo concentrado de una vida. No hace falta más.
PD. Por si no quedaba claro, lo de NN es por nube negra.