Ay, esos nombres...
miércoles, septiembre 23, 2009
A ver, a la hora de escoger el nombre para tu hijo/a, qué será peor? Seguir la tradición venezolana de mezclar los nombres de los padres, con el de los abuelos, más el nombre de la calle y algo más? O seguir la tradición que aún prospera en España de ponerle nombres de santos y/o vírgenes? Difícil decirlo.
Para ejemplificar lo terrible del primer caso, tengo un amigo cuyo segundo nombre es Framprusim. Ujum, sí, no es joda. Es por Francisco, Prudencio y Simón, su padre y sus dos abuelos, respectivamente. Ni hablar de todas las Josleysy, Anyimar o Eliangelbert que uno se cruza a diario en la calle. Um! y la mamá de un pana se llama Héctar. Supongo que esperaban un varón que se llamaría Héctor y les salió niña. Digo yo, si tuvieron que cambiarle el color azul del cuarto y de la ropita por rosado, qué les costaba cambiarle también el nombre?
Continúo... Valga una anécdota para ejemplificar el segundo caso (el español).
Me monto en un autobús y detrás de mí entra una mujer en sus treinta y tantos, con una bebé preciosa en brazos. Cachetona, de ojos gigantes y muy sonriente la cabezona. Una señora muy mayor la reconoce, la saluda y le pregunta que cómo se llama la niña. Como es costumbre en mí, mis pensamientos van a un lado en otro color.
- Ésta es la Teclita. (Joder, mi catalán me traiciona o acabo de oír bien?)
- La has llamado Tecla! como la Santa! (Joder sí! a la niña bonita le puso Tecla! como la Patrona de Tarragona! Por qué la gente hace eso? no ven que acaban de convertirla en un blanco facilito de bromas en el cole? Sólo falta que cuando tenga otro hijo y lo llame Magí, como el Santo Patrono de Tarragona).
- Sólo te falta que al próximo le pongas Magí! (Que buena vaina con la viejita, deja de darle ideas!).
- No, si Tecla es mi segunda hija! Ya yo tengo un varón, de 8 años... (No, no, no, no lo hagas...) Y se llama Magí! (El recontra-coñísimo-de-tu-madre. Yo me bajo aquí.)
Aunque ahora que recuerdo, mi hermano nació el día de N.S. de Guadalupe y alguna tía con mucha seriedad se le ocurrió que el segundo nombre de mi hermano podría ser Guadalupo. Sólo consiguió que mi padre la mirara con odio y la mandara al carajo. Viva la sensatez de mi padre.
PD: Uff y el mi día de nacimiento es el de Santa Teresa. Como el ron! pero de haber quedado en manos de mi tía me llamaría Tereso, Teresiano o algo así. Y no me dirían Otto sino Tero, supongo. Dios sabe lo que hace.