Nuestros hijos

miércoles, abril 05, 2006

En honor al sentimiento que me embarga por los hermanitos Faddoul y Miguel Rivas... Hoy toda Venezuela es madre y padre y lloramos la incomprensible pérdida de nuestros hijos...


LOS HIJOS INFINITOS
Andrés Eloy Blanco

Cuando se tiene un hijo,
se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera,
se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga
y al del coche que empuja la institutriz inglesa
y al niño gringo que carga la criolla
y al niño blanco que carga la negra
y al niño indio que carga la india
y al niño negro que carga la tierra.

Cuando se tiene un hijo, se tienen tantos niños
que la calle se llena
y la plaza y el puente
y el mercado y la iglesia
y es nuestro cualquier niño cuando cruza la calle
y el coche lo atropella
y cuando se asoma al balcón
y cuando se arrima a la alberca;
y cuando un niño grita, no sabemos
si lo nuestro es el grito o es el niño,
y si le sangran y se queja,
por el momento no sabríamos
si el ¡ay! es suyo o si la sangre es nuestra.

Cuando se tiene un hijo, es nuestro el niño
que acompaña a la ciega
y las Meninas y la misma enana
y el Príncipe de Francia y su Princesa
y el que tiene San Antonio en los brazos
y el que tiene la Coromoto en las piernas.
Cuando se tiene un hijo, toda risa nos cala,
todo llanto nos crispa, venga de donde venga.
Cuando se tiene un hijo, se tiene el mundo adentro
y el corazón afuera.
Y cuando se tienen dos hijos
se tienen todos los hijos de la tierra,
los millones de hijos con que las tierras lloran,
con que las madres ríen, con que los mundos sueñan,
los que Paul Fort quería con las manos unidas
para que el mundo fuera la canción de una rueda,
los que el Hombre de Estado, que tiene un lindo niño,
quiere con Dios adentro y las tripas afuera,
los que escaparon de Herodes para caer en Hiroshima
entreabiertos los ojos, como los niños de la guerra,
porque basta para que salga toda la luz de un niño
una rendija china o una mirada japonesa.

Cuando se tienen dos hijos
se tiene todo el miedo del planeta,
todo el miedo a los hombres luminosos
que quieren asesinar la luz y arriar las velas
y ensangrentar las pelotas de goma
y zambullir en llanto ferrocarriles de cuerda.
Cuando se tienen dos hijos
se tiene la alegría y el ¡ay! del mundo en dos cabezas,
toda la angustia y toda la esperanza,
la luz y el llanto, a ver cuál es el que nos llega,
si el modo de llorar del universo
el modo de alumbrar de las estrellas.

4 comentarios: to “ Nuestros hijos so far...

  •  

    No tengo hijos, sueño con tenerlos algun dia, y aun asi, mi corazon se arruga como una pasita... Esa alegria que siento cuando voy por la calle y veo a un niño correr, jugar y sonreir hoy se transforma en un suspiro profundo...y un lamento

  •  

    En honor al sentimiento de todos...

    Muy lindo el poema y muy lindo tu post!

  •  

    Glinda, yo tampoco tengo hijos, pero mi corazón se conmueve al imaginarme semejante dolor.

    Acerina, gracias por tus palabras.

    Besos

  •  

    *Ciertamente, con el poema de Andrés Eloy nos identificamos con el dolor como si hubiese sido propio.

    *No había visitado tu blog, qué bueno saber que te gustan autores como Benedetti y Bécquer.

    Nos seguimos leyendo...

    Salu2