Un Hombre bueno...
miércoles, agosto 15, 2007
Estudié en un colegio católico y cuando estaba en 9no grado, entré en un grupo de formación de líderes juveniles, también de orientación cristiana claro. En este grupo aprendí muchísimas cosas como el valor de la vida, el trabajo, el crecimiento personal y, sobre todo, descubrí mi vocación de ayudar a los demás. Esto y muchas otras cosas han contribuído enormemente a lo que hoy es mi estilo de vida, tomando lo útil y dejando de lado todo aquello que fue útil en su momento pero ya no lo es tanto.
Entre los personajes que conocí, hubo uno en particular que marcó prfundamente mi forma de ver la vida. Es un sacerdote que para mí ha sido un ejemplo de que cuando se cree fielmente en algo tan grande como es la dignidad del ser humano, hasta la propia vida se queda corta para defenderla. De no haber sido asesinado, quizá hoy hubiese cumplido 90 años de vida y es por ello que quiero hacer un post en su nombre.
Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, conocido como Monseñor Romero, fue un sacerdote católico salvadoreño, que se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral.
Como arzobispo, denunció en sus homilías dominicales numerosas violaciones de los derechos humanos y manifestó públicamente su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política de su país. Su asesinato provocó la protesta internacional en demanda del respeto a los derechos humanos en El Salvador. Dentro de la Iglesia Católica se le consideró un obispo que defendía la "opción preferencial por los pobres". En una de sus homilías, Monseñor Romero afirmó: "La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación." (11 de noviembre de 1977)
Yo conocí su obra a través de la película "Romero" basada en su biografía. Fue realizada en 1989 y Monseñor Romero fue personificado por el también fallecido Raúl Julia. En ella aparecen reflejadas algunas de las atrocidades cometidas por el gobierno salvadoreño, a través de las Fuerzas Armadas de ese país. La película me abrió los ojos. Yo contaba con 15 o 16 años cuando la ví y aún puedo recordar la conmoción que me produjo verla.
Yo estoy peleado con la religión cristiana (bueno, en verdad con casi todas las religiones, por el efecto anestesiante que muchas producen en la gente), pero personajes como éste hacen que me reconcilie con la Iglesia y entienda a dimensión social que ella puede y debe tener, sobre todo en países donde la gente malvive en medio de muchas calamidades.
Y este post viene porque hace como un mes venía oyendo la canción "El padre Antonio y su monaguillo Andrés", del gran Rubén Blades, que narra la historia de un sacerdote centroamericano asesinado durante la misa. "Suenan las campanas, por un hombre bueno, suenan las campanas de Arnulfo Romero". Y se me aguó el guarapo al recordar la historia de Romero y decidí escribir estas líneas.
El día antes de su muerte, en la homilía el padre pronunció estas palabras:
Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles... Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: "No matar". Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión.
Al día siguiente, un 24 de marzo de 1980, con 62 años de edad y en plena celebración de la misa, un disparo impactó en lo más grande que tenía ese hombre, su corazón. Aún hoy no se sabe con seguridad quién fue el responsable.
Hoy quiero rendir un homenaje a un hombre que entregó su vida por una lucha que aún hoy persiste. El, quizá sin proponérselo, siendo siervo entre los más pequeños, logró ser grande entre los más grandes. Gracias Romero...
La historia de Monseñor Romero nos conmovió a todos de una manera u otra.
Te quedó hermosísimo este post, Ottito.
Hola Otto!
Yo no estoy peleada con las religiones, estoy en contra de todas ellas, las detesto!
Sin embargo, no puedo dejar de reconocer la noble obra de un hombre como Monseñor Romero. Mucho escuché sobre él cuando -como tú- estudié en un colegio católico, y mucho después, cuando me interesé por leer sobre lo que había sucedido en El Salvador durante esa etapa violenta de su historia.
Debo confesar que me emociono mucho cada vez que escucho la canción que mencionas.
Si, bueno, a muchos que estudiamos con los curas nos vino el efecto rebote, que no cree uno en nada en donde ellos estén metidos con su negocio. Pero hombres con un par,como Monseñor Romero, que descanse en paz, los hay pocos , pero los hay, y trascienden las religiones y las creencias de cualquier tipo...Has tenido una noble idea Otto, a la que me uno, permiteme que como tu, presente mis respetos y mi admiración por ese gran hombre.
Salud, Genín
Hola Otto, nunca habia escuchado hablar de el, debe ser por mi poca afiliacion a la iglesia catolica. Pero de verdad que no pudeo dejar de negar que me parece impresionante esta historia.
Saludos....
P.D: Gracias por dejar un comentario en mi blog.... ;)
Comparto el sentimiento mi querido hermano.
Si bien es cierto que no estoy "peleado" con la religión católica cristiana, que de hecho trabajo en un colegio cristiano y ahora formo parte del equipo coordinador de eso que vivimos en el pasado, tú en Pto. Fijo y yo en Maracay... reconozco la cantidad de veces en las que la Iglesia de los hombres han perjudicado al ser humano y a sus fieles, la cantidad de veces en las que "algunos" miembros de esa "mala estructura eclesial" han perjudicado al mensaje de amor de Jesús. Este mensaje de amor, esa esencia que bien conoces, es el motor que impulsó a Romero a luchar por la humanidad, a enfrentar el odio y la violencia y a responder con energía con la paz y el amor aunque la muerte fuese su destino... igual que Cristo.
Lo importante mi querido Otto, debería ser lograr filtrar en nuestras vidas que parte de la religión pertenece a los hombres y que parte pertenece a Dios. Eso en todas las religiones. El hombre mete la mano y modifica lo claro pero difícil del mensaje del amor.
¡Excelente post! Y me alegro que aun tengas recuerdos de aquella época, sobretodo de momentos tan importantes como la vida de Romero, la cual compartimos viendo esa película juntos. Un abrazo.
Un post muy lindo y muy merecido.